El cielo también lloró su partida: emotiva despedida al maestro Efraín Mejía Donado
Con flautas de millos soledeños tributaron el último adiós a su hijo ilustre.
En medio de un cielo encapotado y quizás reflejando el llanto por su partida, los soledeños acompañaron los restos del maestro Efraín Mejía Donado, para rendirle su último adiós.
Los primeros actos se cumplieron en las instalaciones del Museo Bolivariano, donde su cuerpo permaneció en cámara ardiente.
Luego, un cortejo lo acompañó hasta la Iglesia San Antonio de Padua, donde Monseñor Víctor Tamayo presidió la ceremonia religiosa.
Las manifestaciones de dolor por la enorme partida de quien representó a Colombia por el mundo con la Cumbia Soledeña, no se hicieron esperar.
“Efraín Mejía, hoy Soledad te despide, te declaramos hijo ilustre de nuestro amado municipio. Tu legado y músico perdurarán por siempre Efraín. Efraín Mejía no solo fue un músico sino que fue el creador de un estilo, de una interpretación. ¡Se nos ha ido un genio! La música es el lenguaje del universo, los artistas musicales son enviados de Dios. ¡Efraín Mejía fue un enviado de Dios!”, expresó el Alcalde, Joao Herrera Iranzo.
“Soledad despide a su hijo ilustre. Hoy el cielo llora la partida de Efraín Mejía. ¡Hasta siempre Efraín! El día está de luto, Soledad despide al gran creador de la Cumbia Soledeña. A ritmo de cumbia damos el último adiós a Efraín Mejía”, lamentó.
Por su parte, Alci Acosta, también oriundo de Soledad, recordó anécdotas con el maestro Efraín Mejía.
“Una vez, en el viejo Hotel Royal de Barranquilla, Checo iba a hacer el lanzamiento de un disco. Y ese disco tenía una parte de flauta de millo. Desafortunadamente el flautista de Checo se enfermó, no pudo asistir, y el maestro sin pensarlo dos veces cogió y como pudo sacó adelante la presentación del nuevo disco de Checo. Tocando la flauta sin ser flautista, sino que lo hizo de corazón y mucho cariño hacia Checo y eso lo aplaudió mucho la gente. A mi no me me olvida, es algo de mucho recuerdo para Checo y para mí”, dijo el también maestro Alci Acosta, padre del artista Checo Acosta.
Dentro de los artistas también concurrió Eduardo Jinete, director de la Orquesta La Renovación.
“El maestro era celoso en conservar las raíces folclóricas. Él nunca quiso ponerle, por ejemplo, bajo a la cumbia. Él siempre quiso que fuera lo típico, lo folclórico, la flauta de millo, tambores, guaches, guacharacas. Siempre fue enemigo de tener otros adornos para su música”, manifestó.
Precisamente, la despedida no podía ser sino con las flautas de millo. Paz en su tumba para el maestro Efraín.